viernes, Dic 1, 2023
SALUD

En el Día Mundial contra el Cáncer de Mama la tecnología contribuye a su lucha

En el marco del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, conmemorado cada 19 de octubre, nos adentramos en la relevancia de la tecnología en la batalla contra esta enfermedad, la más común entre las mujeres. 

Los datos globales sobre el cáncer de mama son impactantes. A pesar de los esfuerzos por reducir la tasa de mortalidad, en el año 2020, según la Organización Mundial de la Salud, 685.000 personas perdieron la vida a causa de esta afección en todo el mundo. 

Para comprender esta enfermedad, es fundamental definirla como un tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria, caracterizado por un crecimiento descontrolado que puede extenderse a otros tejidos. 

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ha impulsado la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama, con el propósito de reducir anualmente en un 2,5% la mortalidad mundial derivada de esta enfermedad. Si este objetivo se cumple, entre 2020 y 2040, se podrían salvar dos millones y medio de vidas. Para el año 2030, se estima que se evitaría una de cada cuatro muertes por cáncer de mama entre las mujeres menores de 70 años, y para 2040, esta cifra se elevaría a cuatro de cada diez.

Es relevante destacar que, aunque también afecta a hombres, los casos de cáncer de mama en varones representan sólo entre el 0,5% y el 1% del total de diagnósticos. 

La detección temprana emerge como un pilar fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Los programas de cribado, orientados a personas en riesgo, han desempeñado un papel esencial al aumentar la esperanza de vida al detectar nuevos casos de manera precoz.

Específicamente, el cribado de cáncer de mama, que utiliza mamografías, es la principal herramienta de detección temprana. La importancia radica en que estas pruebas diagnósticas están dirigidas a poblaciones específicas según género y edad, lo que facilita la detección de lesiones y mejora el pronóstico.

Asimismo, es fundamental recordar que el cáncer de mama es una enfermedad multifactorial, donde intervienen diversos factores de riesgo, algunos no modificables como el sexo, la edad o los antecedentes familiares, y otros modificables, como la alimentación, el consumo de alcohol, el tabaco o el sedentarismo. Por lo tanto, la prevención a través de un estilo de vida saludable desempeña un papel crucial.

La información, el apoyo, el acompañamiento y la investigación son aspectos de suma importancia para ayudar a las pacientes en esta lucha. 

En la misma línea, es fundamental destacar que las nuevas tecnologías desempeñan un papel crucial en la detección temprana y el desarrollo de tratamientos personalizados que pueden salvar vidas.

La mamografía, tecnología radiológica con más de un siglo de existencia desde su invención en 1913 por el cirujano alemán Albert Salomon, se combina con la ecografía 3D, conocida como ABUS (Automatic Breast Ultra Sound), para aumentar su fiabilidad y facilitar la adopción de terapias menos invasivas. El Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid ha demostrado que esta tecnología proporciona imágenes de mayor resolución para la detección precoz del cáncer de mama.

La tecnología 3D también juega un papel fundamental en la reconstrucción mamaria, utilizando la biotecnología y la impresión 3D para ofrecer resultados más naturales.

La inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT) tienen un papel destacado en esta lucha. Proyectos como Rebecca (REsearch on BrEast Cancer induced chronic conditions supported by Casual Analysis of multi-source-data) aprovechan los datos recopilados por dispositivos móviles y portátiles a través del IoT para respaldar la investigación clínica y mejorar los flujos de trabajo.

La inteligencia artificial, por su parte, contribuye a la reducción de errores en el diagnóstico por imagen, siendo tan eficaz como los radiólogos humanos y capaz de detectar signos prematuros de cáncer de mama, así como de otras afecciones.

En el continente americano, según la Organización Panamericana de la Salud, el cáncer de mama es la enfermedad más común entre las mujeres y la segunda causa principal de muerte por cáncer. Se estima que en 2012, 408.000 mujeres fueron diagnosticadas y más de 92.000 fallecieron a causa de esta enfermedad. La detección temprana adquiere un rol fundamental, ya que los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90 % de probabilidades de curación.

Por lo tanto, el control monográfico cada dos años en mujeres mayores de 50 años y la consulta con un ginecólogo a partir de los 40 años para determinar el tipo de control necesario son acciones cruciales para asegurar la detección temprana y el control de la enfermedad. La consulta inmediata ante la detección de un nódulo o una dureza en la mama y las visitas regulares al servicio de ginecología también desempeñan un papel vital en esta lucha.

Por Sistema Urbano

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